Liubliana, mayo de 2019
En un hermoso día primaveral nos encontramos en la residencia de ancianos. También participaron voluntarios de otras organizaciones. Junto con los empleados y los ancianos éramos un buen número de personas.
La primera parada en nuestro camino fue el mercado central de Liubliana, donde regalamos a los ancianos algunas flores hermosas en macetas y nos tomamos fotografías.

Después cantamos algunas antiguas canciones folclóricas acompañadas por el sonido de un ukelele. Los ancianos conocían muy bien estas melodías y disfrutaron mucho escuchándolas y cantándolas.
Nuestra última parada fue un restaurante donde habíamos preparado una pequeña dulce sorpresa para los ancianos. Compartimos con ellos unas deliciosas y saludables madalenas que había horneado uno de los voluntarios un día antes. Mientras disfrutábamos del dulce sabor de las madalenas nos invadió una sensación de alegría y gratitud. Nos conmovió mucho ver la alegría y el brillo en los ojos de los ancianos.
